La semana que viene Atalaya Comunicación cumplirá sus primeros nueve meses de vida, un período en el que tuvimos la suerte de implicarnos en una docena de iniciativas a las que les hemos dado apoyo desde el campo en el que nos gusta (y mucho) trabajar: la comunicación.
De hecho, hemos funcionado como una especie de comadrona 24 horas para que viesen la luz nuevos proyectos en sectores muy diversos, desde productos como el vino hasta servicios como el marketing digital. En otros lo que nació fue un toque distinto y singular, reorientando las estrategias de marca y de construcción de discurso de algún cliente, reforzando su visibilidad y proyección con canales nuevos o mejorando sustancialmente los que ya empleaban.
Igual que contar con un médico especializado es una garantía para el momento del parto, también nuestros clientes buscaban un perfil adecuado específicamente a sus necesidades. Por eso, a algunos les hemos prestado servicios exclusivamente de gestión de redes sociales; a otros, les hemos rediseñado la web creándoles una estructura y contenidos nuevos. Otros nos han pedido que les pongamos en marcha un blog que les actualizamos con una periodicidad fija; mientras que con otros hemos impulsado su presencia en los medios de comunicación. En otros casos nos han contratado para que les diseñemos material publicitario o también para que les elaborásemos un discurso de marca propio.
A todos los clientes que nos han permitido acompañarlos en el proceso de gestación de sus proyectos solo podemos darles las gracias. Con algunos el contacto ha sido para un trabajo puntual, casi único en el tiempo. Pero tenemos que reconocer que con los que más hemos disfrutado ha sido con aquellos que nos han permitido ver, semana tras semana, cómo crecía el feto de su iniciativa.
Nuestro mayor deseo para los próximos meses no puede ser otro que el de continuar viendo crecer a esta criatura que nació el 27 de octubre de 2017.