Un aniversario, la presentación de un producto, una inauguración, una reunión… Al igual que ocurre con la vida de las personas, en los ciclos de las empresas y las instituciones surgen muchas oportunidades para organizar un acto corporativo que favorezca un acercamiento a los públicos estratégicos.
Uno de los principales alicientes de este tipo de acciones y tácticas de Relaciones Públicas consiste en que reproduce el modelo clásico de comunicación interpersonal humana. Esto significa que los destinatarios están totalmente familiarizados con la fórmula que como organización estamos empleando para dirigirnos a ellos.
Otra de las ventajas fundamentales consiste en el grado de atención y de implicación que logramos entre los asistentes. A diferencia de otras acciones publicitarias y del ámbito de las Relaciones Públicas, cuando una empresa o institución es capaz de movilizar a los asistentes para que participen en un determinado foro ya ha logrado algo muy importante.
De un modo paralelo a lo anterior, la calidad del impacto generado con estos públicos que acuden a la llamada de la organización es mucho mayor, ya que la predisposición que se consigue significa que van a ser más proclives a consumir el mensaje de la organización. Además, resulta mucho más fácil apelar a los sentidos y las emociones de los públicos, al contrario de lo que ocurre con otras tácticas más “frías”.
En el polo opuesto, la celebración de actos en vivo entraña siempre una serie de riesgos que conviene tener presentes: en primer lugar, resulta imposible rectificar lo que ocurre en el tiempo real en que se desarrolla el evento. Por otra parte, exige una planificación exhaustiva que, casi siempre, requiere acumular meses de ideación y preparación del acto.
Pero, sobre todo, el principal peligro está relacionado con la cuestión de la generación de las expectativas. Es imprescindible que la organización esté en condiciones de satisfacer lo que los públicos esperan de ella.
Para diseñar y gestionar todo lo que implica un evento corporativo es aconsejable contar con profesionales, dado que contratar a un experto en este ámbito va a condicionar el éxito de esa acción. Es probable que los públicos no recuerden algún aspecto de la organización pero lo que nunca van a olvidar es cómo los hicimos sentir. Por eso depende de ti que el acto de tu organización sea, para ella, el todo o la nada.