El paso del tiempo transformó la utilidad que los romanos le dieron a la muralla de Lugo en un elemento único que integra las dos partes de la ciudad, que ha dejado una importante huella y que se convirtió en Patrimonio de la Humanidad hace justo 18 años. ¿Quién le iba a decir a la antigua ciudad romana de Lucus Augusti que, gracias a este conjunto defensivo, iba a ser recordada para siempre?
El objetivo de la construcción de este monumento pasó a ser secundario para proclamarse como un símbolo en sí mismo. ¿Podría entonces tu marca, además de aportarte un sueldo necesario para vivir y dar respuesta a los clientes más exigentes, convertirse en un éxito a nivel mundial? Por supuesto que sí pero ¿cuál es el secreto?.
El secreto es que no hay secreto. La clave para dejar huella es crear una marca perdurable con unos cimientos tan sólidos como los de la homenajeada muralla. Parece obvio que entre los requisitos están la facilidad de recuerdo, que represente al producto o al servicio, que sea atemporal, que evoque sensaciones y que destaque de la competencia. La dificultad se presenta en la creatividad necesaria para materializarlo.
Cuando logras un elemento tan reconocible como la construcción defensiva romana, no es necesario presentarte. Ese es el objetivo. Hay empresas cuyos logos no han sido modificados desde su creación o que apenas han cambiado algunos detalles para modernizarlos. Esas son las marcas con más visión de futuro que pasan a la historia y que forman parte de nuestro patrimonio visual.
Las agencias de comunicación tienen los recursos y conocimientos necesarios para crear el universo de conceptos que necesitas para tu propósito de manera rentable y sostenible. Por eso, puede que antes te mintiéramos y que si haya un secreto, Atalaya Comunicación.