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Responsabilidad Social Corporativa: una herramienta transversal con la que avanzar por todas las fases

Tal vez nunca antes habíamos celebrado tanto la llegada de los lunes. La COVID-19 ha cambiado tantas cosas que ahora el día más odiado de la semana ha pasado a ser el más esperado. Porque, siempre que las condiciones lo permiten, los lunes bajamos un nuevo peldaño en la “desescalada” hacia la nueva normalidad.

Muchos acogemos con alegría desde hoy la entrada en la Fase 2 y, como en cada paso, ampliamos nuestro espacio vital y de acción. En esta transición hemos puesto a disposición de las empresas nuestro conocimiento y experiencia a través de monográficos sobre comunicación, comunicación interna, patrocinios y en esta nueva entrega hablaremos sobre un aspecto que ha tomado especial relevancia: la Responsabilidad Social Corporativa.

La crisis generada por el nuevo coronavirus, en todos los ámbitos, ha reforzado la importancia de este aspecto dentro de la estrategia de las empresas. Esa concienciación se ha evidenciado de manera significativa desde el primer momento que la pandemia ha golpeado a la sociedad cuando hemos visto cómo las organizaciones han centrado sus acciones en las necesidades de la comunidad, lo que ha repercutido en un crecimiento de la confianza. Pero en este nuevo paradigma en el que la comunicación de valores adquiere mayor trascendencia, la RSC, que ya de por sí es transversal, deberá viajar con nosotros en cada nueva fase para enraizarse, aún más si cabe, en los pilares del nuevo modelo que construiremos. Por ello compartimos a continuación con vosotros 10 puntos que consideramos más que recomendable aplicar en vuestra estrategia a partir de ahora:

1 Que tus valores hablen por ti: la Piedra Filosofal de la RSC que nos acompaña desde el origen de los tiempos y lo hará hasta el final de los días. Es fácil y sencillo. Las acciones de nuestra compañía hablarán por ella y serán el primer paso para ganarnos la confianza de nuestros prescriptores. En este caso los hechos dicen más que las propias palabras.

2. Cuida de los tuyos: la primera conexión de la empresa con la sociedad son sus propios trabajadores. Los primeros que deben confiar en ella y transmitir esa confianza hacia fuera. En una situación de incertidumbre como la actual es el momento de transmitirles seguridad. Protege a tus empleados asegurando el servicio y buscando nuevas fórmulas viables para favorecer tu desarrollo.

3 Amenazas globales, respuestas conjuntas: en un momento en el que la capacidad de respuesta de los estados ha peligrado, la colaboración público-privada ha sido vital. La contribución del sector privado se revela como una aportación clave en el presente y en el futuro.

4. Autenticidad: el compromiso con la responsabilidad social de las compañías, hasta la llegada del coronavirus, llegaba mayoritariamente a través de la coacción y la conveniencia. En una situación de crisis como la que estamos las ganas de hacer las cosas bien, la convicción, pasan a ser el motor de esa motivación. Mantén ese interés auténtico e interiorízalo a partir de ahora.

5. Líderes empresariales: en momentos de zozobra los grupos buscan un líder que les guíe. Haz que tu compañía lidere este camino hacia la nueva normalidad. No trabajes solo por la viabilidad de tu empresa sino también por recuperar y mejorar la sociedad.

6. Desarrollo sostenible: la economía circular volvió para quedarse y el cambio de paradigma que algunos expertos vaticinan no hará más que reforzar esa posibilidad. Los Objetivos de Desarrollo Sostenible 2030 de Naciones Unidas responden a muchas de las problemáticas que se han acentuado con la pandemia. Ajustar el modelo de producción a estas metas ayudará también a solucionar muchas de las consecuencias de la crisis actual.

7. Medioambiente: aunque forma uno de los tres pilares sobre los que se apoya la sostenibilidad, los efectos, en este caso positivos, del confinamiento son dignos de un capítulo aparte. La reducción de emisiones a mínimos en décadas y su consiguiente efecto positivo deben hacernos reflexionar. ¿Seremos capaces de mantener esos valores, o con la vuelta a la actividad provocaremos un repunte? En nuestras manos está que no se produzca ese efecto rebote.

8. ¡Localízate! Si observamos con detenimiento, todos los puntos de este decálogo tienen nexos de unión. Como decíamos esta es una estrategia transversal. Por ejemplo: ¿cómo podemos reducir las emisiones? Recurriendo a productores cercanos. Hemos dicho que estamos ante un problema global, pero ¿y si desglobalizando hallamos la solución a muchos de los problemas? Paradójico.

9. Mecenazgo: deportes y cultura son dos de los sectores más golpeados por el coronavirus y, curiosamente, probablemente dos de las actividades que más nos ayudarían a recuperar esa sensación de normalidad. El patrocinio tiene muchas ventajas que ya repasamos en el monográfico anterior a las que habría que añadir ese valor normalizador del nuevo escenario. 10.

10. Transparencia: por último, pero no menos importante, uno de los valores sobre los que se vertebra todo buen plan de RSC. Transparencia y confianza van de la mano y si queremos ganarnos tanto a nuestro público interno como al externo debe ser el primer principio en el que basemos nuestra comunicación.

Pablo González

Soy licenciado en Periodismo y un apasionado del mundo del deporte. En la comunicación soy como en la cancha: doy hasta la última gota de sudor por mi equipo. ¿Quieres que defienda tus colores?