Hay dos fechas muy esperadas en las que en Atalaya Comunicación y Publicidad reforzamos nuestra unidad de grupo. Anualmente, planificamos dos dinámicas lejos de ordenadores y móviles para centrarnos en nosotros mismos y conocer -cara a cara- a nuestros compañeros y compañeras.
Solemos celebrar estas jornadas después de verano -coincidiendo con la fecha de aniversario de la agencia-, y antes de nuestras vacaciones estivales. Siempre realizamos actividades que ayudan a aflorar nuestro espíritu de compañerismo como -por ejemplo- escape rooms, gymcanas o ascensos a los montes más altos de Galicia; sin olvidarnos nunca del buen comer.
Así es que -como cada año- la mejor forma de reforzar vínculos ha sido, sin duda, gracias a esta nueva dinámica de equipo que hemos compartido tanto los que somos veteranos, como algunas caras nuevas que se incorporan a la agencia.
Las pistas dejaban más que claro el plan del pasado 26 de mayo: tendríamos que adiestrarnos con los dioses del Olimpo y serenarnos con las olas del mar para poder dar en el blanco.
Y las sospechas se cumplieron de manera literal, ya que la subida al Monte Pindo -el Olimpo Celta-, y su variedad y singularidad con paisajes casi surreales, despertaron nuestra imaginación recordando a los héroes celtas que -según la leyenda- adoptaron forma de piedra para permanecer durante la eternidad en ese mágico lugar con vistas al fin de la Tierra.
Nosotros mismos pudimos comprobar que esa teoría era cierta porque, pese a ser una subida dura -más para unos que para otros-, las impresionantes vistas de la Costa da Morte merecieron todo el esfuerzo y el sudor derramados. Una satisfacción conjunta que conseguimos gracias al compañerismo y a la unión de fuerzas.
Pero aún nos quedaba dar en el blanco, así que realizamos una parada estratégica obligatoria para recuperar energías en el restaurante Furna Atlántica de Caión. Disfrutamos de un manjar digno de cualquier Dios que nos surtió con el combustible necesario para derribar nuestro siguiente obstáculo: los 10 bolos del Estrella Park Experience.
Esta prueba consistió en una competición por grupos que permitió poner en manifiesto nuestro lado más competitivo sin olvidarnos, eso sí, de encañonar nuestros lanzamientos en bien de nuestro equipo. No daremos pistas sobre quién ganó a quién, pero sí que podemos decir que, todos y todas, allí donde ponemos el ojo, hacemos pleno.
Todas estas actividades conformaron un día repleto de esfuerzo, lealtad y trabajo conjunto; valores que hemos conseguido demostrar una vez más pero, en esta ocasión, fuera de nuestra agencia bajo la pretensión de conectar con y entre nosotros mismos gracias a experiencias novedosas y paisajes naturales de ensueño.
Viendo el buen resultado de esta, ya estamos en cuenta atrás para la próxima dinámica anual. ¡Amenazamos con repetir a la vuelta de verano!