Hace tiempo que las empresas han dejado de ser solo actores económicos: cada vez tienen más rasgos de actores sociales, incluso medioambientales. Y es que cada acción de las grandes –y no tan grandes– compañías tiene un impacto directo e indirecto en su entorno, tanto humano como natural. La catástrofe de la DANA ha servido para medir ese efecto.
“Un gran poder conlleva una gran responsabilidad”. Esta cita, popularizada por el Tío Ben en la primera película de Spiderman, allá por 2002, no puede ser más cierta. Cualquier posición que implique tener un mínimo control y capacidad de decisión sobre otras personas o sobre el entorno debe estar regida por principios de responsabilidad. Por supuesto, hablar de poder en el mundo actual es referirse a las grandes empresas o conglomerados que dominan el mercado global. Pero el poder tiene diferentes escalas, y cualquier compañía influye, directa o indirectamente y en mayor o menor medida, en la sociedad.
Para que un barco no vaya a la deriva necesita una tripulación que reme al unísono en la misma dirección. En el caso de las empresas, la palanca del cambio es la responsabilidad social corporativa (RSC), un concepto que es mucho más que una mera estrategia o la suma de acciones aisladas. Se trata de un modelo integral de gestión y acción que tiene en el centro de sus preocupaciones el respeto por los valores éticos, el cuidado del medioambiente, el desarrollo económico sostenible y el apoyo a las causas sociales.
A nadie se le escapa que la catástrofe de la DANA ha afectado a nivel social y medioambiental. En este contexto, han sido muchas las acciones desarrolladas por empresas de todos los tamaños y sectores que se mueven en línea con los preceptos de la RSC, que desgranamos a continuación.
Principios de la RSC
La responsabilidad social corporativa se cuela en cualquier parte. Es un plan que cubre todas las áreas imaginables dentro de una empresa y condiciona tanto las relaciones internas, con miembros de la organización, como las externas, con clientes, proveedores, competidores, etc. A continuación, repasamos los principios clave que marcan esta responsabilidad:
- Transparencia: desde la organización hay que cuidar la comunicación interna y externa. La claridad, la honestidad y la asertividad son algunas de las aptitudes en las que se basa.
- Ética: no basta con ajustarse al marco legal vigente, sino que a la hora de trabajar, competir en el mercado y relacionarse con los demás actores implicados es fundamental seguir unos valores éticos y morales adecuados.
- Bienestar: las empresas dependen de las personas, por lo que la ecuación es sencilla. Si la compañía no se preocupa por el bienestar de la gente que compra sus productos, que contrata sus servicios, que trabaja para ella o que le proporciona la materia prima, su supervivencia será inviable.
- Sostenibilidad: las catástrofes naturales que se suceden cada vez con mayor frecuencia a nuestro alrededor son señales claras que nos manda el medioambiente. O se baja el ritmo de producción y actividad actual o la cuerda se tensará tanto que se acabará rompiendo. La alternativa está en la sostenibilidad: reducir la emisión de gases y residuos, apostar por el reciclaje y la reutilización y, en definitiva, controlar el impacto en el entorno natural.
Cómo diseñar un plan de acción en línea con la RSC
Seguro que ahora tienes claro en qué consiste la responsabilidad social corporativa, pero Roma no se construyó en un día: para establecer un modelo de actuación tan amplio es necesario ser consciente de las características propias y de las necesidades y preocupaciones del entorno. Estos son los pasos a seguir:
- Estudiar las líneas de acción en cada ámbito de influencia de la empresa: el primer paso es preguntarse qué puede hacer la entidad por sus empleados, por sus clientes y proveedores, por el resto de la sociedad y por el medioambiente.
- Diseñar un plan de RSC: teniendo en cuenta el sector en el que se enmarca su actividad, su tamaño y su capacidad de influencia, se crea un programa.
- Aplicar y comunicar las nuevas medidas: idear una hoja de ruta no sirve de nada si luego no se lleva a cabo. Para su implementación, es fundamental que la plantilla conozca las pautas a seguir y que los agentes externos estén al tanto de los cambios.
Acciones de RSC tras la DANA
Una vez desarrollado y aplicado este modelo integral, las empresas están más preparadas para actuar en caso de situaciones excepcionales, como la DANA. Este desastre natural, que ha dejado a la Comunidad Valenciana en un estado crítico, despertó inmediatamente la solidaridad de numerosas entidades de diferentes sectores de toda la geografía española. Independientemente de su tamaño y capacidad, cada una desde su especialización y con sus herramientas, todas han creado iniciativas que responden a la RSC. A continuación, repasamos algunos ejemplos:
- Compañías telefónicas: Vodafone, MásOrange y Telefónica han instalado estaciones móviles de red, activado datos ilimitados y suspendido el cobro de servicios a las personas afectadas por la DANA.
- Clubes de fútbol: numerosos equipos españoles de Primera División, entre ellos, por supuesto, el Valencia CF, han habilitado sus estadios para convertirlos en puntos de recogida de material, además de realizar aportaciones económicas.
- Portales inmobiliarios: Idealista, página web por excelencia en España en lo que respecta a la compra y alquiler de vivienda, ha facilitado a las personas damnificadas el acceso a habitaciones o pisos de manera temporal.
- Bancos: BBVA, La Caixa y Unicaja han puesto en marcha planes de financiación sin intereses a favor de las personas afectadas, además de realizar donativos y agilizar trámites urgentes.
- Alimentación: Heura, Rogusa y Bene Bono han enviado toneladas de alimentos, tanto frescos como preparados, a las zonas donde ocurrió la catástrofe. Por su parte, Gosbi ha repartido grandes cantidades de comida para perros y gatos.
Esta es solo una muestra de la multitud de empresas que, conscientes de su responsabilidad con la sociedad y el entorno, se han movilizado para aportar su granito de arena en forma de campañas solidarias a una Comunidad Valenciana asolada por el desastre. Muchos de estos casos no tendrían repercusión de no haber sido por Reason Why, medio de actualidad e investigación sobre marketing y economía digital que ha decidido poner el foco exclusivamente en estas acciones. Ellos son, por supuesto, un ejemplo más de buenas prácticas en RSC. De su mano, la comunicación se suma a la ayuda humanitaria.