En internet, todo el mundo sabe de todo. Al menos, eso es lo que se quiere aparentar. Pero la realidad es muy diferente: la segmentación de los públicos es cada vez mayor, lo que obliga a medios, organizaciones y agencias a especializarse para poder atender sus necesidades con rigor y profundidad.
Qué sencillo es, agazapado detrás de una pantalla y con un nombre falso -de esos con muchos números y letras raras-, disfrazar una opinión de información o colar una mentira en redes sociales sobre un tema del que no tienes ni idea. En internet, cualquiera puede ser experto en todo. Contra esto lucha, en parte, la especialización, una tendencia cada vez más necesaria debido a la creciente segmentación de los públicos y el aumento exponencial de la cantidad de información disponible sobre asuntos cada vez más específicos.
La comunicación, por supuesto, no es ajena a esta tendencia. Si quieres comunicar, debes conocer; y para saber de algo a fondo, necesitas tiempo y experiencia. Con la intención de mantener el rigor y la profundidad en el tratamiento de cada campo y satisfacer en la audiencia una sed de conocimiento muy concreto y acotado, a las otras tres agujas del pajar (medios, organizaciones y agencias) no les queda otra que apostar por la especialización.
Todo ello influye en la forma de transmitir la información, en los límites a la hora de definir el público objetivo y en muchas otras variables. A continuación, te presentamos algunas de las transformaciones que este proceso ha traído al ámbito comunicativo:
- Microsegmentación vs macrosegmentación: tradicionalmente, en cualquiera de los medios clásicos (prensa, radio y televisión) se segmentaba al público siguiendo variables tan amplias como generales. Simplemente se tenían en cuenta el sexo, la edad y algunas características demográficas básicas. Ahora, sin embargo, es fundamental agudizar y concretar mucho más los límites, ya que el grado de personalización debe ser muy superior: desde el ámbito profesional, el nivel de ingresos, la formación o las aficiones hasta los hábitos de compra o consumo, el uso de los productos o el estilo de vida. Debemos tomar en consideración todos estos aspectos a la hora de diseñar una estrategia comunicativa para cualquier entidad.
- Medios de comunicación de nicho: los espacios digitales especializados van ganando terreno a alguno de los medios de comunicación generalistas. Hay varios motivos que explican esta transición: en primer lugar, un medio dedicado específicamente a una disciplina concreta puede destinarle muchos más recursos y un mayor espacio, lo que le permite profundizar. Por otra parte, relacionado con lo anterior, la segmentación del target es más precisa, de modo que resulta más sencillo que el mensaje llegue a las personas que nos interesa y, por tanto, que logre difusión entre la comunidad que ellas forman. Por último, la digitalización favorece la hibridación de géneros y formatos: las palabras se mezclan con las imágenes y el sonido para ofrecer una experiencia mucho más completa.
- Redes sociales y el modelo de autocomunicación de masas de Castells: en todo este proceso transformador, las redes sociales son una de las claves principales, ya que ofrecen una herramienta ideal para detectar y ocupar fácilmente nichos inexplotados. No solo eso, sino que el factor de la ‘viralidad’ permite que este tipo de contenidos especializados, de los que cabe esperar un alcance más limitado, puedan romper barreras y lograr impactos más allá del target definido y esperable. Con esto, precisamente, está vinculado el concepto ‘autocomunicación de masas’, acuñado por Manuel Castells en su libro Comunicación y poder (2009). Define esta noción como “una nueva forma histórica de comunicación, que es comunicación de masas porque potencialmente puede llegar a una audiencia global, como cuando se cuelga un vídeo en YouTube, un blog con enlaces a una serie de webs o un mensaje a una lista enorme de direcciones de correo electrónico. Al mismo tiempo, es autocomunicación porque uno mismo genera el mensaje, define los posibles receptores y selecciona los mensajes concretos o los contenidos de la web y de las redes de comunicación electrónica que quiere recuperar”.
- Necesidad de atender a cada uno de los sectores: según la profesora de la Universidade de Santiago de Compostela Berta García Orosa, en la comunicación corporativa podemos hablar de tres sectores en función de la naturaleza de los órganos que la promueven, los intereses que defienden, su financiación y su objetivo. El primer sector se corresponde con la administración pública, donde la financiación es pública, el receptor es el ciudadano y existe la obligación de ser transparente e informar sin ánimo de lucro. El segundo está formado por las iniciativas privadas, en las que sí se persigue un objetivo de lucro por medio de la persuasión del cliente o consumidor. Por último, el tercero está vinculado a las organizaciones privadas sin ánimo de lucro, que buscan desarrollar actividades de interés general.
Como ya sabrás si nos conoces, en Atalaya Comunicación trabajamos con los tres sectores, entre los que, cada vez de un modo más obvio, existe una transversalidad, como prueban distintos ejemplos de nuestros clientes. Pensemos en una empresa privada que, por la naturaleza de su actividad, mantiene una estrecha relación con la administración pública y, al amparo de su estrategia de RSC, pone en marcha programas junto a ONGs. Ahí están en juego los tres sectores en un mismo proyecto.
Nosotros no somos especialistas en un único ámbito, porque no nos gusta cerrar la puerta a nadie. Sin embargo, nuestra experiencia en sectores tan diversos como la salud, la educación, la política o el deporte nos permite adaptarnos a tus necesidades comunicativas ágilmente. ¿Quieres que tu proyecto sea el siguiente en estar en nuestras manos?