Para mí, trabajar en comunicación es un arte que combina hospitalidad y creatividad. Cuando decidí dar el salto a este mundo, lo hice con una petición: que el trabajo me permitiera vivir con dignidad. Quería una jornada de ocho horas, sin pasar dos en el tráfico, y un salario suficiente para poder pagar un alquiler sin tener que compartir piso con varias personas.
Sin embargo, sé que para muchos el panorama laboral puede parecer un laberinto de precariedad. Tras un año de esfuerzo, a veces parece que el salario apenas cubre las facturas. La búsqueda de sentido y propósito se vuelve esencial. Como dice David Graeber en «Trabajos de mierda. Una teoría», pasarse la vida trabajando en algo innecesario es el nuevo esclavismo. El trabajo ya no ofrece el mismo sentido de identidad que daba a generaciones pasadas.
Un reciente informe de Randstad revela que un 58% de los jóvenes entre 18 y 24 años dejaría su empleo si no les garantiza calidad de vida. Pero esta estadística refleja una realidad positiva: los jóvenes de hoy no están dispuestos a trabajar a cualquier precio. Quieren crecer, aprender y disfrutar del proceso. Para las generaciones anteriores, el trabajo era la principal fuente de identidad, pero hoy, con el empleo cada vez más escaso y mal pagado, muchos jóvenes buscan su identidad en otros lugares, como el ocio, el consumo o la sexualidad.
A medida que surgen nuevas formas de trabajo –flexibilidad, proyectos freelance y trabajo remoto–, también se abren oportunidades para una mejor calidad de vida. Estas opciones permiten a muchos disfrutar de un equilibrio entre lo profesional y lo personal que antes parecía inalcanzable. Para las empresas, esto representa una oportunidad para retener el talento joven y mantenerlo motivado.
La vida en una agencia puede ser exigente, con jornadas largas y presión constante. Sin embargo, cada proyecto es una oportunidad: la emoción de ver una campaña cobrar vida y de recibir un cliente satisfecho es lo que impulsa a quienes trabajan en este sector. A pesar de los desafíos, los que logran encontrar su lugar en este mundo descubren que el trabajo puede ser gratificante y significativo.
Saber qué buscar es clave. La comunicación es un campo amplio y variado, con caminos que van desde el marketing digital hasta las relaciones públicas, la creación de contenido y el diseño gráfico. La creatividad y la colaboración son la base de las mejores campañas, y quienes se atreven a explorar nuevas ideas son los que realmente destacan.
Hoy, en plena era de la información, la comunicación se ha convertido en una de las herramientas más valiosas. La creatividad ya no es solo un extra, sino una necesidad. Contar historias y conectar con las personas son habilidades esenciales en cualquier empresa.
Yo he elegido comunicar. Si estás pensando en seguir este camino, te animo a lanzarte con toda la pasión y perseverancia que tengas. Es una profesión increíble.
–Alberto Garnil-
Presidente del Cluster de Comunicación de Galicia