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Comunicación interna en la era post COVID-19: la fase cero de las empresas

La crisis del coronavirus nos ha situado -como sociedad y también a nivel individual- frente a nuevos escenarios, en los que se han impuesto restricciones que nunca habríamos imaginado. Por eso el día de hoy, 2 de mayo de 2020, está marcado en el calendario como el punto de partida de arranque hacia eso que han bautizado como la nueva normalidad.

Comunicación Interna

Coincidiendo con el comienzo de esta etapa, en Atalaya Comunicación iniciamos una serie de especiales con los que ponemos a disposición de las empresas nuestro conocimiento y experiencia: al post de hace unos días sumamos ahora otro monográfico sobre Comunicación Interna, aspecto que, sin duda, es la verdadera fase cero de todas las compañías, con independencia de que se trata de una PYME o una organización de mayor envergadura.

Y es que la gestión de la comunicación con los públicos internos es imprescindible para que estos se conviertan en aliados de la empresa y, sin duda, el COVID-19, ha venido a ratificarlo definitivamente. Para explicar cómo abordarla planteamos 10 tips partiendo del concepto del employee journey -el viaje del empleado-, símil con el que se construye la trayectoria de una persona en la compañía.

Cada viajero con su maleta: la primera premisa consiste en entender que las personas son el centro de la empresa y, como tal, cada una emprende camino con sus circunstancias particulares. Del mismo modo que las incógnitas sobre lo que se avecina en los próximos meses afectan a los planes de nuestra organización, también el estado de ánimo del personal se va a resentir ante el impacto que el COVID-19 pueda dejar sobre él y sobre su entorno.

Aligera el equipaje de incertidumbre: hasta los más aventureros necesitan garantías. Gestionar las emociones de tu equipo significa apostar por una transparencia (ni silencio ni actitud compulsiva) que, al tiempo que incorpora una difusión estratégica de la información, también refuerza los mecanismos de participación horizontales. Al igual que llegar a un destino paradisíaco en el Índico o el Pacífico exige muchas horas de vuelo, la construcción de la confianza requiere una planificación estratégica y un esfuerzo diario por parte de la dirección de la compañía.

Elige las vías más adecuadas: quizá las autovías o las autopistas sean el camino más rápido, pero también nos harán perdernos el encanto de paisajes y de pueblos alejados de ellas. De igual manera, selecciona cuáles son los canales con los que te vas a comunicar con tu equipo y determina con qué finalidad vas a utilizar cada uno de ellos en un contexto como el actual.

Asegúrate de que todos conocen el destino: difícilmente alguien se embarcaría en un viaje rumbo a un lugar incógnito. Cerciórate de que tu equipo sabe a dónde se dirige el proyecto y asígnale responsabilidades departamentales y, si es posible, también individuales: cuando visitamos un lugar, a todos nos gusta aportar nuestro granito de arena.

Planifica rutas alternativas: un pinchazo, un vuelo cancelado, un tren demorado… Todo viaje está supeditado a imprevistos, así que no olvides diseñar otros escenarios y transmítele a tu personal la existencia de esos planes complementarios. Recuerda que tú llevas la brújula y que, por tanto, eres el responsable de dosificar la información que les ofreces en cada momento.

No tengas miedo a las escalas: esa ciudad perdida que nunca visitarías pero que, al verte obligado a aterrizar en ella como lugar de enlace para otro vuelo, te descubre una oportunidad. La crisis del COVID-19 representa una ocasión única para reforzar la comunicación horizontal, vertical y diagonal en el seno del equipo, trabajando con nuevos flujos hasta ahora inéditos.

Alimenta el destino: no se trata de que atiborres a los demás con esas fotografías de tu última escapada, por muy paradisíaca que haya sido. Deja que otros hablen por ti y convierte a tu equipo en tu mejor aliado para la promoción de tu marca. Refuerza el employer branding para que los profesionales con talento te elijan como compañero de viaje gracias a tus buenas prácticas y a esos embajadores de marca internos que, por su vínculo directo con tu proyecto, tienen especial credibilidad ante sus entornos.

Evita el jet lag: es probable que el COVID-19 nos esté sometiendo a una sensación de pérdida de control sobre nuestro tiempo profesional. Para compensar esta situación, trata de ser lo más flexible que puedas con tu equipo, promueve -en la medida de lo posible- mecanismos de organización que le permitan conciliar su día a día en tu empresa con su vida personal y asume que el jet lag desaparece con la vuelta a la normalidad.

Que el camino hable más que los planes: no dejes que el relato de tu marca o el discurso de sus líderes sean desmentidos por la realidad. Impide que el storydoing contradiga a tu storytelling o el proyecto descarrilará.

Cuidado con el overbooking: en la era del teletrabajo, sé especialmente escrupuloso con el respeto por la vida personal de tu equipo. Al igual que a nadie nos gusta quedarnos sin viajar o sin poder alojarnos porque un hotel o una aerolínea ha vendido más plazas de las disponibles, tampoco se entendería que, por el simple hecho de trabajar desde casa, no respetases los descansos o los derechos de los empleados.

PABLO VÁZQUEZ

Soy Doctor en Comunicación, licenciado en Periodismo y graduado en Publicidad y Relaciones Públicas. Disfruto diseñando y llevando a la práctica estrategias para proyectos de todo tipo.