Sabemos que el folio de las tareas pendientes lo tienes a rebosar y que no será sencillo elegir cuál será la primera que realizarás cuando todo esto acabe. Pero, como veías en el vídeo que hemos compartido en los últimos días, el futuro está a la vuelta y es el momento de anticiparse.
¿Qué harás con tu comunicación? Si te has planteado esa pregunta, permítenos una rectificación: ¿qué estás haciendo con tu comunicación? Formúlatela si realmente deseas adelantarte a todo lo que está por llegar porque te lo encontrarás en cuanto gires la esquina.
Si no quieres dejar a tu público huérfano de contacto y deseas mantener la llama de tu marca y su reputación viva, aquí va un decálogo de consejos:
1. Sigue regando la planta: no, no queremos que te hagas una ensalada de términos ni de estrategias. Tampoco queremos comparar tu comunicación con un vegetal. Pero sí te invitamos a que seas consciente de que es una de las herramientas más efectivas para demostrar que tu negocio, tu empresa y tú mismo seguís vivos. No la abandones, no dejes que se seque; que quien se acerque a observarte vea unas hojas lustrosas y frutos a la espera de madurar.
2. Claridad y actualización de mensajes: antes de profundizar en más consejos, te adelantamos esta premisa: que las señales de vida sean claras y actualizadas. No des vueltas sobre lo mismo ni adornes tu mensaje. Cuéntale a tu audiencia, sin rodeos, cómo estás afrontando esta situación, cuáles son tus planes y hazla partícipe de las novedades.
3. En manos profesionales: “ahora me las arreglo yo solo, que no puede ser tan difícil”. ¿No paras de oír al diablillo susurrándote eso al oído? Pues dale un manotazo. No, no pienses que esta es una premisa corporativista: en las situaciones más delicadas es necesaria la ayuda de profesionales cualificados, en cualquier campo. ¿O acaso dejarías que uno de nosotros te operase a corazón abierto? Pues con la comunicación, que es uno de los espejos del alma de tu empresa, lo mismo.
4. La hora de la máxima audiencia: todos, o casi todos, en casa y con el móvil, el ordenador y la televisión como válvulas de escape. El consumo de información se ha disparado a máximos históricos y vivimos una especie de prime time continuo. ¿Realmente vas a perderte esa oportunidad? Aquí tienes otra razón para seguir tomando en cuenta el segundo punto: tu mensaje tiene más impacto que nunca, déjalo en manos de profesionales para minimizar riesgos y optimizar resultados.
5. Situación de aprendizaje: de acuerdo, no está siendo sencillo. Pero, de momentos así, lo importante es poder sacar una lectura constructiva. Con más tiempo para analizar y reflexionar nos encontramos ante un escenario ideal para el aprendizaje. ¿En qué puedo mejorar? ¿Qué hago bien y debo potenciar? Tenemos que pensar cuáles son los caminos a tomar y aquellos a evitar para afrontar el futuro con mayores garantías.
6. La importancia de la estrategia: ya hemos hecho una reflexión y ahora debemos plasmarla en un plan. No pienses de forma cortoplacista, hazlo siempre a medio y largo plazo. Tenemos claros nuestros objetivos y también qué camino queremos recorrer para llegar a ellos. Si elaboramos una estrategia estaremos mucho más cerca de que nada falle.
7. Escucha y acércate a tu público objetivo: tiempo para reflexionar, tiempo para planificar y tiempo para escuchar. Sí, ahora que las cosas pueden ir más a fuego lento es un momento idóneo para que les prestes una mayor atención a tus prescriptores. Estás ante una oportunidad inmejorable para saber qué es exactamente lo que quieren de ti y a la vez hacerles partícipes de las decisiones que vayas a tomar.
8. Fortaleza del que mejor se adapta: no dejamos de escuchar que el mundo que conocíamos no va a ser el mismo. Se avecina un cambio de paradigma y, como en toda permuta, aquellos que mejor se adaptan son los que afrontan con mayor fortaleza el nuevo escenario. Si sabes lo que quieren de ti, si tienes una estrategia definida y si te sitúas en escucha permanente serás más flexible a adaptarte a los cambios y recorrerás el nuevo camino de una forma más sólida.
9. Que tus valores hablen por ti: si queremos que el final de la situación esté cada día más cerca tenemos que arrimar todos el hombro. No afrontes tu aportación como una pérdida de recursos, sino como un elemento diferenciador que fortalecerá tu reputación ante la sociedad.
10. Sé positivo: el empacho de noticias negativas hace que aquellas con un enfoque positivo tengan un mayor índice de penetración. No se trata de vivir de espaldas a la realidad, pero sí de dar luz a soluciones o aquellas iniciativas que nos acerquen un poco más al final de esta situación. Si somos capaces de contagiar esa actitud el camino será más llevadero y productivo.