Cada verano siempre hay una canción que las emisoras de radio repiten insistentemente y, en ese sentido, este año todo apunta a que una de ellas será ‘El anillo’, de Jennifer López. Casi con la misma frecuencia con la que la escuchamos por todas partes, nuestros clientes nos preguntan una y otra vez cuándo van a ver los frutos de nuestro trabajo de comunicación y, sobre todo, cuál va a ser su beneficio.
Nuestra respuesta es siempre la misma: desde el primer momento. ¿Por qué? Porque cuando empezamos con cualquier nuevo proyecto, las dinámicas de las primeras reuniones siempre incluyen entrevistas a fondo en las que conducimos a nuestros interlocutores a reflexionar y a buscar la esencia de sus iniciativas, los elementos que las singularizan con respecto a la competencia, el posicionamiento que quieren tener… Por eso ya desde el minuto uno se empiezan a notar las ventajas de tener un apoyo estratégico como el que brinda Atalaya en el ámbito de comunicación, siempre alineado con los objetivos de negocio.
Las ventajas de invertir en nuestros servicios también se perciben desde los primeros instantes porque una de nuestras políticas corporativas -que conocen bien nuestros clientes- consiste en el establecimiento claro de un cronograma de trabajo con nuestros clientes. Además de como herramienta de organización de los tiempos, el fijar fechas permite que todas las partes implicadas en el diseño e implementación de un plan de comunicación conozcan cuáles son, detalladamente, las acciones que se están llevando a cabo, en qué etapas se ha organizado el trabajo y cuáles son los días límite de entrega.
Cuánto te vamos a reportar.
Ahora que ya tienes claro el cuándo vamos con el cuánto. Los diversos códigos éticos de los profesionales de las Relaciones Públicas son tajantes al prohibir que se cuantifique económicamente el retorno. ¿Por qué? Pues porque un trabajo de comunicación se puede evaluar por la difusión que se promueve, el impacto que se genera entre los públicos, el incremento en la notoriedad de la marca, la calidad de los contenidos publicados, el volumen de actividad…
Todos ellos son, por supuesto, parámetros admisibles. Por el contrario, garantizarte un retorno concreto de tu inversión en servicios de comunicación es utópico e imposible. Aunque haya empresas que lo hacen, nosotros somos responsables y preferimos quedarnos siempre con lo original.
Aunque, volviendo al principio, tenemos que reconocer que la imitación de Joaquín Sánchez tampoco estuvo nada mal.